miércoles, 5 de marzo de 2014

¿Te ha comido la lengua el gato?

Esa era la pregunta que, al menos a mí, me rondaba aquel lunes cuando realicé mi experimento. es muy
simple, tu profesor de filosofía ofrece un experimento y tú lo aceptas, el "reto" de no hablar (ni comunicarse, incluyendo móviles, etcétera buscando aislamiento) durante el imposible de veinticuatro horas de reloj.

Debo decir que "fracasé", es decir, manaron palabras de mi boca, pero realmente considero que lo conseguí, puesto que realmente se daban en situaciones en las que estaba tan inmerso, concentrado, divagando, que ni recordaba estar haciendo el experimento. Es el caso de estar haciendo límites de uno elevado a infinito y, una vez acabado, preguntar inconscientemente en voz alta: -"e elevado a tres?". He de decir que el dichoso número "e" estaba elevado a menos tres, típico fallo de obviar un signo que ves en el papel. En dos casos más se repitió, en el mismo estado de "concentración", y en ambos mi querida hermana fue la "culpable", en el primero preguntó: -"¿Y los dulces?"-, a lo que alegremente respondí: "¿Qué dulces?"-. Primer fallo, el segundo caso se dio cuando fui a ducharme y se adelantó para lavarse los dientes, de manera que me avisó cuando acabó diciendo que ya podía ducharme, tras lo cual mi "Vale" inconsciente me hizo caer de nuevo.

He de decir que realmente estoy acostumbrado a no hablar, debido a experiencias pasadas que no tienen cabida en esta entrada, de manera que no me resultó especialmente difícil aislarme, aunque a veces si que apetecía estar en grupo, comentar, pero no me resultó especialmente difícil. Además, observé algo muy interesante, a lo cual he bautizado (nunca mejor dicho) Efecto Iglesia. Me explico, la reacción de la gente, normalmente, era o normal, o soltaban chistecitos ("¿Te ha comido la lengua el gato?¿Que tal tu día? ¡Pero contesta!...). Pero a lo que he denominado Efecto Iglesia es a otra reacción, muchos, al saber que yo no podía hablar, al comunicarse conmigo, se veían absorbidos por mi aura de silencio, de manera que intentaban comunicarse conmigo mediante gestos, cosa que me pareció realmente curiosa. La analogía con la iglesia es obvia, cuando entras, el silencio es tal que te absorbe, por lo menos en lo que a mí respecta, cuando entro en iglesias (no soy católico, pero no hace falta para entrar, creo) me inunda su silencio y da la sensación de que no puedes hablar, cuesta romper dicho silencio.

Por lo demás, podría haber ocupado esa tarde estudiando química para el día siguiente, cosa que no hice porque confiaba que llevaba bien el tema, de manera que acabé pensando, aunque realmente, la única observación "iluminatoria" con la que di fue que retina podría venir de retener, cosa que además ocurrió en el instituto, así como (esto se me ocurrió otro día, pero ya que suelto una "tontería" suelto dos), descartar podría provenir del filósofo Descartes, ya que, con su duda hiperbólica lo descartó todo (lo pensaba desde que era chico, aunque no se por qué era consciente que Descartes era un filósofo si realmente no recuerdo haber leído nada de él, y cobró sentido cuando vi en clase la Duda Hiperbólica). Total, que mi tarde la ocupó mucho pensamiento (la mayoría inútil, no lo recuerdo), nada de estudio y un poco de Kingdom Hearts Piano Collections, obviamente tocando yo, hay pocas cosas que me guste más que las haga otro si las se hacer yo (cuando las encuentre aviso, realmente soy un agonía y me gusta saber, de manera que si lo puedo hacer yo mejor). Aclaro que pese a estar tocando, divago mucho y aun así pensaba (pero acompañado de música).

En resumen, realmente es una experiencia interesante, aunque yo ya esté acostumbrada a ella, y solo por el hecho de la asociación retina-retener, a pesar de no saber si viene de ahí, solo por el click cerebral, merece la pena, además siempre viene bien desvincularse del móvil (no hablo de la tele porque no suelo verla, Los Simpson de vez en cuando), da cierta libertad el no estar constantemente mirándolo (lejos de entrarme ansiedad), la pena es que "era trampa" pasarse la tarde durmiendo, por el hecho de que se hace más fácil el no hablar, y realmente tenía sueño, pero ya me adaptaré o recuperaré esas horas de sueño perdidas en lectura nocturna o en levantarse temprano fines de semana. A pesar de todo, realmente recomiendo la experiencia, porque es bueno saber desvincularse un poco y relajarse, ayuda a mantener la calma y a ser autosuficiente, aunque es obvio que se vive mucho mejor acompañado, siempre viene bien.




2 comentarios:

  1. Escribes muy bieen!! Y aunque no hayas cumplido la experiencia al completo creo que te ha servido para poder pensar en cosas en las que normalmente uno no piensa debido a las nuevas tecnologías. Me ha hecho gracia lo de retina-retener, y he buscado de donde provenía la palabra. No viene de retener sino que es el diminutivo de la palabra latina rete, que significa red, es decir, sería redecilla.
    Dejando esto a parte me parece un buen artículo y aprovecho esto para decirte que tocas muy bien el piano. A ver cuando das otro concierto!!

    ResponderEliminar
  2. El efecto iglesia lo corroboro xD y lo de tocar también, y por cierto que creo que fuiste la única persona aparte de mí que lo hizo aislándose "espacialmente" también, creo que eso ayuda a deshinibirse más, ¿no crees? Lo de estar el día entero sin movil fue brutal xD es curiosa la fobia pseudoinconsciente que tenemos a "no mirar" si te han llegado tropecientos mensajes, cuando es tan simple apagarlo. Recuerdo haber estado muy solo como tú por casos que no vienen a cuento en las en la ESO y primaria, entreteniéndome en otras cosas, y uno de los potenciadores de mi aislamiento fue que precisamente, no tuve móvil ni ordenador hasta mucho mas tarde que mis coetáneos. En fin, no sé a veces si hecho eso de menos, pero coincido contigo en que la experiencia lo vale ^^

    ResponderEliminar